Durante mucho tiempo en mi vida me he empeñado en dirigirla, controlarla, organizarme la agenda para que no se me escape nada, y curiosamente lo que se me escapaba era yo.

Desde que la vida me dejo sin suelo bajo los pies, he decidido dejar la claqueta de directora y disfrutar de lo que la vida me va presentando y ofreciendo, quizá no tengo que orquestar nada, pues además….. ¿Quien me creo yo para planificar y organizar a la vida? Así que un sábado cualquiera a las 7 de la mañana salgo de casa rumbo a la playa, para una excursión-meditación por la naturaleza, si puedes asistir con Mar Millán a alguno de sus talleres o salidas a la naturaleza, te lo recomiendo, en esta ocasión acudo a «La naturaleza como oráculo».

Llego mis diez minutos antes, siempre me gusta tener margen, poder respirar relajada antes de que acuda la gente y observar el entorno, ver como el sol empieza a darnos suavemente sus caricias, aunque este día esta tímido, pues las nubes hacen acto de presencia. Antes de comenzar a caminar Mar nos lanza una pregunta al aire….»¿Qué esta obstaculizado tu vida?»………Con esa pregunta vamos haciendo la senda que nos llevará a una Necrópolis bañada por el mar. Al inicio pienso que ahora en mi vida está todo en incertidumbre, no sé nada claramente, los eventos que organizo de momento están en el aire, en tres semanas me vuelvo a mudar a una casa nueva, con nueva compañera de piso, nuevo barrio, en la pareja….mejor no pensar, mi formación en Gestalt tampoco tengo claro si podré retomarla con las circunstancias actuales, mi trabajo como agente de seguros ….. es lo único que me da algo de seguridad, valga la redundancia. Así que por un lado veo todas las posibilidades abiertas y a la vez al no haber tomado aún ninguna decisión siento que no tengo nada.

Sigo caminando, sintiendo como la arena me acaricia la planta de los pies, como prestando atención puedo notar la piedra o la espina antes de que me haga daño, eso sí tengo que estar completamente presente en cada milímetro que apoyo en el suelo, pues así hay tiempo de parar y podía evitar el dolor, hay veces que es inevitable, me voy a mi mente, a mis fantasías y me clavo la piedra. Que diferente es caminar sobre arena mojada y blanda a dura, como entre piedrecitas o losa de piedra….cada apoyo es diferente, sin embargo, aunque unos me son más cómodos todos hacen su función, me ayudan a poder sostenerme sobre mis propios pies desnudos.

Al llegar a la Necrópolis, siento la sensación de haber pisado aquella tierra antes, percibo a las gentes llevando a sus seres queridos hasta allí, el no regresar más en cuerpo y descansar. Me lleno una sensación de fluidez, de ligereza, todo pasa y todo queda como recita Machado y nos canta Serrat. Y allí estábamos nosotros, compartiendo espacio en un lugar antes sagrado, ahora transitado por turistas, caminantes…..antes con sus rituales y comportamientos establecidos, con el paso del tiempo, todo ha sido casi borrado, para dejar su huella han quedado las piedras. Se respira paz y a la vez el mar con fuerza, bravo, nosotros traemos vida y allí había muerte. Es todo a la vez y siento que así es la vida, todo sucede a la vez, tu eres el que decide que quieres atender, ella, la vida se muestra y te lo da todo.

Seguimos por la senda, caminando, pies en contacto con el agua se refrescan, limpian….y la pregunta de Mar sigue estando ahí….¿Qué esta obstaculizado tu vida? ……Claro….si la vida es movimiento, cambio, proceso, lo estancado, lo que obstaculiza te va matando poco a poco. De pronto me viene, que mi relación de pareja anterior, quizá llevaba tiempo estancada, en su propio crecimiento, se había estructurado de un modo que aunque me iba bien, era rígido, no permitía movimiento, ni proceso…. y sentí de nuevo, como las rupturas son oportunidades de vivir de una forma diferente, aunque con dolor, ese dolor nos recuerda que estamos vivos, que aún nos quedan muchos caminos, muchas relaciones por descubrir y profundizar, que nada esta estático mientras vive y menos en este caso yo, pues yo decido la vida, el movimiento y el proceso.

Al regreso Mar nos invita a que reflexionemos sobre otra pregunta…..»¿Qué es lo esencial?» …..Caminando lo desandado me doy cuenta, cómo si de pronto se hubiese encendido la lámpara…..ya no se trata de las relaciones con los otros, con el exterior, con los demás…..¿Que me pasa a mi conmigo? Veo como siempre anhelo el contacto con el otro, observando bien esa acción, me llega que me estoy impidiendo el contacto sincero conmigo, me doy cuenta como el obstáculo en mi vida era yo misma, haciéndome sombra para no verme, sin embargo, la que siempre ha estado a mi lado desde pequeña, en el parvulario, en el colegio cuando las niñas no me querían, el primer chico que me gusto y no me miraba, cuando me examine para el carnet de conducir, cuando me separe de mi primer gran amor, cuando me casé, cuando me divorcie, cuando cogía un millón de vuelos y comencé nuevas vidas, en las despedidas de mis seres queridos, en mis noches de soledad amarga, en mis borracheras, en mis salidas a meditar caminando…….siempre he estado yo, lo esencial es mi relación conmigo, y de mi depende como la quiera vivir, si llena de comprensión, amor y atención, o con máscaras, engaños y exigencias, pues al final serán reflejos para el resto de relaciones.

Cada vez tengo más claro que cada persona que me cruzo, me da más luz y comprensión para conmigo misma, no podía imaginar que un sábado por la mañana, rodeada de tanto amor y compañía, me daría aquello que estaba anhelando, el contacto conmigo misma.